16 abril 2007

Ida y vuelta

Bueno, este sábado volví a uno de mis lugares predilectos. El aeropuerto. Y no crean que uno viaja de aquí para allá (más quisiera). El viaje se limita a llegar a la terminal y esperar. Con lo poco que me gusta esperar... desespero. Así que aguardando a mis padres y mis tíos, de vacaciones en Ibiza (nada de drogas, por supuesto), con la música en ristre, sabiendo ya que iba a ser un rato largo de ver gente deambular, al no tener nada mejor que hacer, me dediqué a analizar el entorno. Muy curioso. Siempre que vas al aeropuerto es con prisas (sobretodo mi última vez, a la carrera en busca de un abrigo para la Funcionaria Asesina, que se iba al norte acompañada del sr. Cinema). Pero la verdad es que es un buen sitio donde encontrar curiosidades. Caras de cansancio, de felicidad, de reencuentro, de sorpresa, de reencuentro fingido, de exceso de equipaje, de mucha carga y alguien que la arrastre, de negocios, de miedo, de desubicación, de viaje sin retorno, de ganas de volver, y entre todas la mía. Cara de no saber qué hacer y a donde mirar ya. Pensando a ver cuando me toca llegar a mí y no tener que fijarme en las caras de los demás por no tener nada mejor en qué pensar. Y la mejor de todas, mi cara de alegría al ver aparecer a la familia y poder terminar con esa pesadilla. Para cuando un sofá para que pase mis veladas en la terminal B? Tendré que reclamar...

10 abril 2007

Procesiones en espacios reducidos

Hey! Ho! Let´s Go!
Hola muchachos. He vuelto. Mientras Jesuschrist se salvaba de este mundo de perdición y pecado, nosotros hemos optado por encerrarnos en un pisito para vivir nuestros desvaríos terrenales. Dígase que contábamos con varias ausencias notables (algunos tienen suerte de poder pecar un poco más lejos). Nosotros somos la mar de sencillos. Un poco de alcohol, algún toque culinario y unos 100 m2 de paredes nos bastan para fustigarnos. Con placer, eso si. Y que curioso es que la portería del edificio en el que habitas por cuatro días te parezca extraña cuando te vas. Y es que las veces que la hemos cruzado se pueden contar con los dedos de una mano (y algun dedo de prestado).
Y quien dice que para sufrir jet lag hace falta experimentar el cambio horario. Cuando comes a las 7 de la tarde y cenas a las 2 de la madrugada entras en otra dimensión del espacio-tiempo. Y más cuando aun así, entrando en la cama a la hora del desayuno te cuesta dormir, porque los incautos vecinos se levantan a la hora a la que uno se acuesta. Hablan, cantan y encima tu cama chirría (la tópica cama que no permite disimular un traqueteo).
Y con tanto desvarío, uno acaba como acaba. Cantando y perdiendo el pudor y algo de ropa. Y eso que uno es pudoroso, casi santurrón, pero es lo malo de juntarse con mentes turbias. Tensión que se corta con cuchillo...
En un principio parecerá que no podemos hablar de vacaciones, pero no estoy de acuerdo. Para mí ha sido como viajar a un mundo paralelo, aunque el yeso de las paredes sea igual que el de mi casa...

07 enero 2007

Fin del año 1

Bueno, después de este apoteósico año, con resurgires, grandes encuentros, la llegada de dña. Xerba y la consolidación de un clan, el final debía ser apoteósico. Creo que coincido con muchos diciendo que fue uno de los mejores que se recuerdan, aunque faltara gente imprescindible.
E. nos consiguió una casa solariega, decorada con mucho gusto, para reunirnos. Una fiesta sencilla, de unas 45 personas... Muchas caras nuevas (para mí). Los recién llegados de Irlanda, Suecia y Suiza. Los locales desconocidos. Y los de siempre... La cosa pintaba bien, no podía ser mejor.
En principio reconozoco que me sentí desubicado. Tanta gente borracha, y yo a la zaga. Abrazos, euforia, fallos tecnológicos (sí, la cagué) y reencuentros. Una vez normalizado todo, ya me metí en la euforia colectiva. Y resumiendo. Cosas a destacar:
-Ver al sr. Turbio enamorado de una litrona y bailando sin censura.
-Ver a A. bailando con sus tirantes y hablando con soltura (con lo callado que parecía).
-Que las srtas. A, S. y la muchacha Guisante no se congelaran con sus respectivos vestiditos (espectaculares, eso sí).
-Los cubatas de Contimás.
-Ver a T, el arquitecto y creador del plano, bebiendo y bailando con desenfreno.
-Conocer a los míticos gemelos.
-Los espectaculares bailes de J. y A. (el que las mata callando).
-Gente bailando encima de las sillas, con Camilo Sesto de vigía. A destacar el pack irlandés.
-Los ataques de amor y júbilo de G., nuestro recién llegado.
-La revolución que se creó con cierta canción...
-La cara de sorpresa (que no recuerdo mucho) del hermano de E. y su pareja.
-Los bailes de P. (alias salgo en las fotos con los brazos en alto y la boca abierta).
-La velocidad de evacuación de S. y sus rastas.
-La siesta y posterior despertar de la muchacha Guisante.
-El gorrito y los escarceos con su propio sexappeal de J.
-Flirteos varios.
-E., el hombre de la medicina alternativa, aguantando sobrio entre tanto borracho y poniéndome al día sobre sus menesteres.
-Un pequeño incendio bajo Camilo Sesto (un repeto, que me lo quemáis vivo!).
-El glamour de dña. Xerba.
-Una plantación de trocitos de papel higiénico en los alrededores de la casa (al dia siguiente no había germinado ni un rollo nuevo).
-Las salidas y cara de felicidad de P., el gran polaco.
-La felicidad de A. cada vez que nos reencontrábamos.
-El papel pintado de las paredes.
-La ausencia de la Funcionaria Asesina y su respectivo, y de la pareja gripe.
-El calor que dá el alcohol.
-La decadencia en la sala chill out (en la que yo estuve y no recordaba hacer estado, hasta la cabezadita matutina).
-La siesta de Contimás en mi coche, que no fue perturbada ni por el más ruidoso acelerón.
-La decadencia final de E, M. y yo mismo bailando "rock catalá".

En fin, con todo ésto y cosas que escapan a mis recuerdos, un fin de año inolbidable. Va a ser difiícil superarse, así que habrá que poner mucho empeño.
Un abrazo a todos los asistentes.

Echamos el resto

Bueno, creo que me había quedao en A Coruña... Después de los que nos costó entrar (quien diría que habría tanto tráfico) y volver loca a nuestra sudamericana sintética, nos pegamos un paseíto por la costa. Disfrutamos de los resplandecientes guantes de D. Xerba, corrimos el peligro de ser engullidos por una ola y comimos hasta decir basta (ésto se convertiría en una tónica).
Nuestro día siguiente fue una improvisación. En principio, a pesar de las advertencias, intentamos ir hacia el oeste, pero ver ríos desbordados y temporales siempre tira para atrás, así que decidimos tirar hacia el norte, al cabo Ortegal. Después de un buen recorrido en coche, nuestro estómago, ya acostumbrado a comidas opíparas, nos reclamaba su ración. Paramos en Cariño (población que dejó una profunda huella en el sr. Turbio). Ya repuestos, subimos al cabo. Quizás los más parecido al fin del mundo... Aguantamos allí todo lo que nuestros entumecidos cuerpos soportaron (unos 10 minutos), y de vuelta.
Por la noche, en vista de que era el aniversario de un servidor, las cabezas pensantes decidieron putearme y emborracharme (advierto que algun día habrá venganza). Menos mal que todo quedó en la intimidad, porque nunca me han sentado bien las minifaldas. En fin, creo que fue la celebración más extraña que he tenido en mi vida. Pero valió la pena.
Como remate, visitamos el célebre sanatorio abandonado de Cesuras, hicimos adicta a d. Xerba a una xerba más y luego salimos hacia Santiago.
Santiago... En fin. Es como volveer a la época medieval. Aunque nosotros, por no perder costumbre fuimos a comer. Conseguimos la incréible hazaña de convencer a d. Xerba de que comiese pescado (la pobre había basado su dieta en ensalada y tortilla de patatas. Ya tenía cara de huevo). Al salir, llenamos nuestro maletero de vino y volvimos a ver la catedral.
Asi de entrada, la catedral parece un templo chino, todo cubierto de musgo. Cuando entras impresiona aun más. Nosotros ya deambulábamos como zombies y nos separamos para hacer la visita. La cosa ya empezaba a decaer... Y más a sabiendas de que al día siguiente se nos acababa el viaje. A d. Xerba aun le esperaba un desplante más. Un sr. camarero no le dejo comerse uno de sus polvorones típicos en un bar. Pobre... Al borde de la lágrima...
Y en fin, ésto fue todo. Viaje corto, pero intenso. Espero que no tarde en repetirse algo parecido...

18 diciembre 2006

Frío, lluvia y rarezas antropológicas

Aclimatados (si es que uno se aclimata a eso) a tantas inclemencias meteorológicas y a una noche de ruidos extraños y calles deshabitadas, nos levantamos del catre animados y calentitos (gracias a que el Sr. Turbio descifró el difícil procedimiento de poner en marcha la calefacción, todo sea dicho), decidimos ir a abastecernos de víveres a Betanzos y luego hacer una visitilla a A coruña, para no empezar con sensaciones fuertes.
Después de un frugal desayuno y los preparativos previos necesarios (véase nuestro inseparable termo y toneladas de ropa de abrigo), nos metimos en el coche y pusimos en marcha a nuestra sudamericana sintética (la de verdad ya se había puesto en marcha sola).
En Betanzos, un pueblo grandecito y con encanto, tuvimos nuestro primer contacto con las gentes. Dejamos a doña Xerba negociando por unas lechugas y unos tomates, con el Sr. Turbio de vigía, y Contimás y un servidor nos fuimos directos a por un par de tetillas (si es que tiran más...).
Luego decidimos que no solo de campo se alimenta el hombre, y menos si es de ciudad, y dejamos a la pareja de las hortalizas haciendo unas compras en un supermercado, mientras Contimás y yo observábamos el devenir de los parroquianos, de pies más ligeros de lo que cabía esperar, saludándose unos a otros. -Qué bonitas esas fachadas-, -cómo se parecen aquí todas las abuelas-, -si que tardan, no?-. Fíjense en las cosas que se fija uno cuando tiene frío y espera. Al borde de nuestra hipotermia, llegaron los compradores, y nos fuimos a tomar un tentempié calentito, para recuperar nuestras extremidades entumecidas. Comoo cuatro extrangeros, curioseábamos, hacíamos alguna foto... en fin, lo típico. Miss Xerba, con más pinta de foránea que ninguno, decidió pedir a un transeunte con poca prisa que nos sacara una foto. Un hombre relativamente joven, de andar tranquilo, que si titubear le espetó un no severo a la pobre, que se quedó consternada. Hasta el punto que le preguntó -No?- con voz de pena, a lo que el individuo ni se dignó a contestar. Al final, una señora con el brazo en cabestrillo nos inmortalizó, encantadora ella.
Recuperados del shock, nos fuimos a coger nuestro coche, rumbo A A Coruña.

17 diciembre 2006

Viaje a lo desconocido

Bueno, después de mi habitual hibernación (escribo poco para no perder la esencia), vuelvo para relataros los pormenores del viaje de los Cuatro Magníficos a lo más profundo de la tierra de la empanada (Galicia?). Para pasar este viaducto vacacional, decidimos A (alias Doña Xerba), S (alias Sr. Turbio), H (alias Contimás) y un servidor (del que ya conocen el alias) irnos a conocer el cuernecito noroeste de nuestra hermosa piel de toro. Y qué mejor momento para ir al norte que en pleno invierno, con temporales, vientos huracanados e inundaciones.
Días antes había preparado yo una ruta tradicional, a la antigua usanza, con mapas en papel. No os dejéis engañar. Ese coche parecía una nave espacial; MP3, GPS, viodeocámara digital, cámaras de fotos... Vamos, que igual poríamos haber optado por ensamblarnos a la estación espacial internacional y no hubiésemos notado mucho el cambio.
Al llegar a Zaragoza, mi plano en papel empezó a fallar. Una vez perdida mi dignidad como guía natural y conductor, y un intermitente del coche, decidimos conectar nuestro localizador, y una voz de mujer, quizás mexicana, quizás argentina (no lo vimos claro), con tono erótico, preorgásmico incluso, nos guió sin problemas hasta el destino. La verdad es que los ratos en que no oía su voz (la única cuando los demás Magníficos dormían babeando los asientos, o los enturbiaban con sus pensamientos) la echaba de menos, y aun ahora, cuando conduzco, pienso que en cualquier momento me va a pedir que gire a la derecha...
En fin, tras varias visitas y paradas, playas paradisíacas escondidas, ciudades que nos miraban de reojo (con ojos tentadores), varios sonidos guturales y risas varias, llegamos al Concelho de Curtis. En este pueblo preguntamos por Cesuras, nuestro destino final. Un chico con acento curioso y mejillas rojas (digo ésto porque allí es algo común), nos indicó, asegurándonos que no tenía pérdida. Una hora después estábamos en medio de un bosque de eucaliptos, sin luz, perdidos, temiendo que en cualquier momento apareciese un hombre de mejillas sonrojadas, hacha en mano, a contarnos a cachitos para hacer cocido. Pero no, seguimos enteros, hasta el pueblo, y allí nos recibió una casa espectacular, y los entrañables C y E, que nos prepararon una cena digna de reyes.

25 octubre 2006

La imagen de la sencillez

Elecciones. Qué bonito! Lo que me gusta un poquito de voto. Y como no, campaña electoral. Vas en el autobús (yo soy mucho de autobús), y ves caras que intentan ser entrañables. En fin, la intención es lo que cuenta. Imágenes cotidianas, afeitados caseros, escenas de hágalo usted mismo (ERC), sonrisas de galán indestructible robotizado (CiU), y caras, que por mucho que lo intenten, no convencen, y mas que amistosas, parecen estreñidas (PP). En fin, y con estas escenas de pánico, a quien coño votas? Pues si es por imagen, que hay más sincero que quedarte en pelotas. Sin ases en la manga, ni conejos en la chistera. Tendré que invertigar. Todo en busca de la decencia y la coherencia. De quien nos mienta un poco menos y actúe un poco más. De la utopía!

24 octubre 2006

La muchacha guisante

S. es la muchacha guisante. No por su aspecto, más bien es la costumbre. Ya hace años que decidí compararla con semejante vegetal por pequeña e inocente. Lo de delicada aun está por comprobar. Y lo de verde, evidentemente... no hace falta comprobarlo. Es terrícola. Aunque a veces he llegado a dudarlo...
Lleva meses diciéndome que escriba algo sobre ella, así que irremediablemente tenía que hacerlo para poder eludir sus constantes embestidas.
Lo primero que piensas cuando la conoces en su ambiente es que necesita tratamiento. Su cerebro maquina constantemente, entre el surrealismo y un mundo teletubbieniano y chanante. Ésta es su principal baza y su mayor encanto. Pasa del silencio a una afirmación espectacular en un abrir de cerrar de ojos, sin dar tiempo a reaccionar. Y tu tan tranquilo, te encuentras con eso de sopetón, y no sabes bien si asustarte, pero sin darte cuenta caes y la risa no te deja reaccionar. Lo más curioso es que tiene la capacidad de contagiar esta manera de pensar, y a la que te das cuenta, ya estás metido en una cadena de surrealismo de la que es difícil salir.
Podríamos decir que es una maga de la reinterpretación de expresiones. nombres y palabras, con el aliciente de convertirlas en absurdo, así que no puedes evitar reirte. Como últimas transformaciones puedo citar coyote vil (garrote vil) y chifer suterlan (Kiefer Sutherland). Así, tal como lo piensa le sale, sin avisar. Y suele ser una constante. Y todo, adornado a veces con una fina ironía.
Bueno, dicho todo ésto, tampoco creáis que es una cabeza hueca. También es una licenciada con inquietudes y de mundo. Muy viajada. Y con el tiempo pues le cojes cariño, y te parece adorable, como un peluchillo con tirabuzones (aunque un peluchillo con tirabuzones, a primera vista, pueda parece terrorífico, y ella, de hecho, a veces también lo es).