17 septiembre 2006

De la nocturnidad (con alevosía)

Bueno, qué contar de esas noches isleñas, que comparadas con lo extraño de la gente y el ambiente, son mucho más extrañas aun.
Bien, no voy a negar que no sabía nada de lo que me esperaba, pero aun así me cogió por sorpresa. Acostumbrado uno a las guitarras, al baile fácil, en suspensión, sin muchas florituras ni giros ni adornos, como primer contacto me encontré con un ambiente totalmente desconocido. Si mi cabeza se sorprendío por verse asaltada por una gorra, imaginaos mis pies al verse enfundados en unos zapatos. Que tropelía. Los pobres me suplicaban y me demostraban el desprecio que sentían por semejante envoltorio brillante descargando unas curiosas punzadas de dolor, lo que en principio me hacía andar como si de repente mis piernas fuesen accionadas por un mecanismo hidráulico, como a leves impulsos. Y debo reconocer que se portaron como unos campeones. Al cabo de una hora parecían haberse resignado, o igual yo ya me había acostumbrado al dolor...
Después de disfrutar de un refrigerio en la calle, me arrastraron, sin estar yo del todo convencido, a una discoteca. Pero no una cualquiera... Una discoteca de salsa. Para mí que la salsa se reduce a poco más que Celia Cruz. Y allí estaba yo. Viendo a la gente hacer torsiones de cadera dignas de un hombre de goma, con mis caderas prácticamente inmóviles, sufriendo al pensar que yo tendría que imitar un movimiento parecido, lo que podría provocar lesiones graves. Después de un rato y un notable estado de embriaguez opté por adaptar mi estilo a esa música tan rara, con Celia Cruz observándome al fonso, imagino que con cara, cuanto menos, de curiosidad. La verdad es que no estaba yo como para ver nada, y mucho menos para fijarme en mis movimientos. Así que podréis imaginaros lo curioso que les debió parecer un tío blanquito, con caderas inmóviles y pies extrañados de llevar zapatos, dando saltitos frenéticos, cuando solo era necesario retorcer la cadera.

3 Comments:

Blogger Unknown said...

La verdad es que, por mucho que me esfuerzo, no logro imaginarte en esas circunstancias. Supongo que es mejor, no? jeje

11:53 p. m.  
Blogger El Señor de la mente en blanco. said...

Yo tampoco me imagino, la verdad. Supongo que es mejor no? Aunque igual me sorprendería, quien sabe.

12:21 a. m.  
Blogger vilipendia said...

De hecho, yo si no lo veo no lo creo. Que sí, hay fotos, pero ahí no se aprecia. Un vídeo debería haber.

10:53 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home