14 septiembre 2006

Nuevo resurgir. De vuelta de la tierra prometida.

Bueno, amigos. Aquí estoy de vuelta, tras esta larga ausencia, para nada justificada. Simplemente, falta de tiempo... Ya casi olvidados los días de vacaciones, y aun deseando volver. Pues sí. He descubierto las islas afortunadas. Curioso mundo (mundo aparte). Hace ya un mes H y yo salimos borrachos, entrenados ya en la costumbre, para lo que iban a ser unos días en maceración. Aun temeroso de que mi mente no fuese capaz de asimilar tantas novedades y soprendido mi cráneo de llevar una gorra encima. La primera impresión... una especie de alucinación por ver un sitio tan diferente, tan negro. Porque si hay que definir Lanzarote, lo primero que se me ocurre es negro. Y al llegar a tierra y conocer a los habitantes del nuevo planeta, aun te extrañas más. Acostumbrado yo a que la gente (incluso mis propios vecinos) no se dignen ni a mirarte a la cara, de repente la gente te empieza a saludar como si te conociera de toda la vida, como si fueran una colonia de buenrrollistas. Y claro, uno ante tanta simpatía, se asusta. Llegas a pensar en que se ríen de tí, o que quizás planean quedarse con tus órganos... Pero no. Lo curioso es que es de lo más natural.
Una vez acostumbrado a la gente, viene el tema animal irracional. Lógicamente, en verano, lo primero en lo que piensas es en bañarte en esa playa (negra) con arena fina (y negra). Te lanzas sin miramientos, y de repente alguien te dice: "Si pisas algo viscoso, retira rápido el pie". Joder! Yo lo más que piso en la playa es un trozo de plástico, o esquivo algún mojón que se desplaza amenazante a la deriva. Pero no. Hablamos de peces en serio. Descuídate, y tienes opciones de perder un dedo o verlo augmentar 10 veces en tamaño. Pero en fin, allá donde fueres...
Pero aquí no acaba todo. Imaginaros lo que es andar por un suelo de piedra pómez, pero sin pulir. Digamos que viendo a un faquir puede parecer fácil, te concetras y listo. Pero yo con mi absurda confianza y mis pies finos y delicados me desollé los pies hasta decir basta. Así que pensad en la estampa: quemado por el sol, con los pies desollados, acostumbrándome al acento y a las costumbres. Menos mal que todo acaba arreglándose. Mi mente fue capaz de asimilarlo todo y salí reforzado de semejante prueba, y puedo decir que la isla ya es uno de mis sitios favoritos.

3 Comments:

Blogger Unknown said...

Vaya vaya vaya... qué sorpresita!!!! Su cráneo ya pudo sorprenderse por la visita de la gorra, que ahora le ha okupado la cabeza y no tiene pinta de abandonar la lucha. Güelcom, litel cripi.

3:02 p. m.  
Blogger vilipendia said...

Bueno, bueno, bueno. Menos mal que tengo una página de esas tan practiquísimas que te avisan en cuanto alguien actualiza, si no lo mismo me tiro un mes sin entrar en tu blog... Que estaba ya hasta las pelotas de las pelotas.
Bueno, lo dicho, que nice to read you again, brodel.

6:13 p. m.  
Blogger El Señor de la mente en blanco. said...

Bueno, de estos comoents se deduce que estáis hechas un par de freaks blogueriles! Que es esto de bienvenido???

6:21 p. m.  

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